Calle de barro, oscuridad y abandono: "la cruda realidad que enfrentan los chicos de Sector Quintas"

Vecinos denuncian la falta de mantenimiento y seguridad en las calles de Sector Quintas del barrio Mataderos. Los chicos que van a la escuela a diario enfrentan un camino intransitable, sin iluminación, con barro y peligro, mientras las autoridades hacen oídos sordos a los reclamos..

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Barro, oscuridad y abandono. Eso es lo que hay en una calle del sector Quintas, en el barrio Mataderos. Para muchos chicos, atravesar ese tramo cada mañana se convierte en una verdadera pesadilla. Llegan a la escuela completamente embarrados, después de luchar contra un camino intransitable.

 No hay veredas. No hay calle. Lo que hay es miedo, resignación y una rutina que expone a los más chicos al peligro constante. En Sector Quinta, la desidia se volvió parte del paisaje  y nadie parece hacerse cargo.

“El tramo que va desde el final del asfalto hasta la calle 130 está rodeado de pastizales altos, sin una sola luminaria. Y lo peor: es un paso obligado para los chicos que van a la escuela. En otoño, cuando todavía no amanece del todo —y ni hablar en invierno—, caminar por ahí es casi hacerlo a ciegas. Es un camino de tierra, jabonoso, lleno de pozos, donde el peligro acecha en cada paso”, expresó con preocupación una lectora que se comunicó con "Diario Olavarría", cansada del abandono.

Como si todo eso fuera poco, los autos que circulan por ese camino de tierra lo hacen a gran velocidad. No hay controles, ni señalización, y cada vehículo que pasa levanta una nube de tierra o salpica barro, dependiendo del clima. Para los chicos que caminan o andan en bicicleta hacia la escuela, la situación se vuelve aún más riesgosa: deben esquivar charcos, pozos, y además cuidarse de no ser atropellados o embarrados por los vehículos. “Acá nadie regula nada. Van rápido, te tapan de tierra y si llovió, tenés que caminar por los bordes, rezando para no caerte ni resbalar”, agregó la vecina.

En este punto, la lectora  explicó que los reclamos no son nuevos. "Hemos realizado pedidos durante la gestión anterior de Ezequiel Galli, y aunque a veces han arreglado algún tramo, la situación sigue siendo la misma. No se han dado soluciones duraderas", comentó. La falta de iluminación, el mal estado de las calles y la velocidad de los vehículos siguen siendo una amenaza constante para los chicos y vecinos del barrio. 

 La indiferencia de las autoridades pone en peligro a los  chicos todos los días. La calle no es solo barro y pasto: es el reflejo de un sistema que prefiere ignorar a los que más lo necesitan. Si no se toman medidas urgentes, el daño será irreparable

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