Acto por los 200 años: El Embajador de Alemania plantó un aromo criollo en Colonia Hinojo como símbolo de la amistad bilateral

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El jueves se vivió una jornada cargada de emoción y profundo simbolismo en Colonia Hinojo. Frente al Monumento a los Fundadores, se desplegó un acto memorable para celebrar los 200 años de amistad inquebrantable entre Alemania y Argentina.

Bajo un clima de expectación, la ceremonia abrió  con las solemnes estrofas del Himno Nacional Argentino, seguido por el Himno Alemán.

Tomó la palabra Gladys Stoessel, presidenta de la Unión de Colonias Alemanas del Volga de Olavarría, quien habló directamente al corazón: "Los Alemanes  dejaron en estas tierras una huella imborrable, su música, su idioma, sus valores. Su presencia nos distingue y despierta en nuestra comunidad una emoción especial. Hoy, el vínculo con la tierra de nuestros antepasados se estrecha nuevamente".

Luego llegó el turno de Dieter Lamlé, Embajador de Alemania, cuya presencia fue el foco de la jornada. El diplomático, visiblemente emocionado, compartió su alegría: "Es un gran placer estar aquí. Ver que al menos diez personas de otras partes de Argentina me acompañan demuestra la importancia de esta visita. Hace medio año no esperaba estar, pero una invitación al IV Congreso lo cambió todo. No dudé en venir". Confirmó, además, que Colonia Hinojo es el "alma de la inmigración alemana" desde su fundación el 5 de enero de 1878.

En un momento clave, el embajador Lamlé dejó un mensaje contundente: "Quiero dejarles un mensaje muy claro: ustedes pertenecen a Alemania. Estoy aquí para construir la cercanía que siempre debió existir. Conmigo, esa cercanía existe, no solo hablando, sino actuando, y eso es fundamental".

El diplomático repasó la historia, recordando que la amistad bicentenaria impulsó la migración. En 1826, 330 alemanes llegaron para crear una nueva patria, recibidos con "brazos y mentes abiertas" por los argentinos. No vinieron de paso, sino a trabajar juntos por una Argentina fuerte y moderna.

Lamlé brindó un dato sorprendente que resonó entre los presentes: hoy, Argentina alberga un millón y medio de descendientes de alemanes. Su meta, dijo, es agradecer a esos abuelos y bisabuelos que enfrentaron la dura vida de inmigrantes. "Dejaron todo atrás, sin saber qué les esperaba, solo con la esperanza de que les iría bien", remarcó, reconociendo que esa esperanza a veces no se cumplió, pero en muchos otros casos sí.

Para concluir, el embajador celebró la dinámica actual de la comunidad: "Agradezco por mantener las tradiciones y valores. Tenemos 30 colegios y 170 sociedades alemanas en movimiento. Me encanta esta dinámica y estoy feliz de estar con ustedes".

El acto culminó con un gesto que selló el compromiso con el futuro: el Embajador Lamlé plantó un aromo criollo, un símbolo vibrante de la amistad entre ambas naciones y la apuesta por las nuevas generaciones.