
Las formas de corrupción propias de las democracias capitalistas transcurren bajo un halo de legalidad hasta que es desafiado. La instrumentalización de la justicia y el poder informacional para movilizar denuncias y condenas neutralizan el antagonismo político. La detención y proscripción de CFK se inscriben en un hilo histórico de intentos de borrar las luchas populares y, a la vez, abren una nueva temporalidad. Los poderes fácticos muestran sus cartas y la resistencia peronista se enfrenta otra vez al desafío de reinventarse.