
En una noche cualquiera en Olavarría, la vida de Tiziano Gianelli quien se gana su vida dignamente, dio un giro inesperado. Con solo 19 años y una moto averiada, este joven se vio envuelto en un episodio de control policial que escaló a hostigamiento y abuso, revelando los prejuicios que a menudo tiñen el accionar de las fuerzas de seguridad. Su testimonio es un reflejo de la delgada y preocupante línea que separa la seguridad ciudadana de la prepotencia institucional, invitando a una reflexión urgente sobre los derechos y el rol de quienes deben protegernos. ****