A pesar de los logros en infraestructura y servicios únicos como la cámara hiperbárica, el Hospital Municipal "Dr. Héctor Cura" muchas veces es blanco de fuertes críticas. Los testimonios de pacientes exponen frustración por las demoras en guardia, la dificultad para acceder a especialistas y supuestas carencias en insumos y calidad de la atención diaria, como también hay satifacciones y agradecimientos por la atención . Todo se puede mejorar.
14/10/2025
El Hospital Municipal "Dr. Héctor Cura" de Olavarría es, sin dudas, un referente en la salud pública de la región, destacándose por sus constantes avances en infraestructura y tecnología. Sin embargo, más allá de los logros visibles y los equipos de última generación, la realidad diaria de los pacientes presenta diferentes experiencias, tal como lo reflejan los testimonios recogidos por Diario Olavarría.
La salud pública constituye un pilar esencial para la comunidad, y el hospital local es un claro ejemplo de la inversión y el esfuerzo volcados en sus instalaciones. La actual gestión ha materializado hitos significativos, como la reactivación de la histórica cámara hiperbárica, un servicio de alta complejidad único en la zona, y la trascendental medida de eliminar el arancelamiento, garantizando la gratuidad de la atención para quienes no poseen obra social.
Pese a este innegable progreso, hay algunas críticas y disconformidades por la atención del Hospital Municipal seguramente por algunas cuestiones operativas o saturación de demandas.
El principal foco de las críticas se centra en aspectos cruciales del servicio: reportes de demoras en la guardia, dificultades para conseguir turnos con especialistas, y una gestión administrativa que, en ocasiones, se percibe como despersonalizada.
La preocupación se profundiza con denuncias sobre la calidad específica de la atención médica y los recursos disponibles. "El hospital no tiene ni los elementos médicos, ni los cuidados, ni la higiene personal ni una buena atención. Así como yo reclamo, hay mucha gente que cuenta sus testimonios. Los médicos terminan en 'no saben qué hacer'", señala un paciente a este medio, reflejando una sensación de falta de resolución.
Esta percepción se ve dramáticamente ilustrada por un testimonio sobre un caso de diagnóstico y tratamiento complejo:
"Mi mamá cuando fue a atenderse fue por un dolor fuerte y fiebre y otros síntomas. Piedra en el riñón, dieta y a casa con antibióticos. A los pocos días estaba peor, volvimos y le dijeron que se había contagiado algo. A los tres o cuatro días, mi mamá estaba tres veces peor: tenía una infección interna... No la querían abrir, no la querían tocar, no tenían los elementos para hacerlo, no tenían herramientas. Un médico nos dijo que la derivemos a Buenos Aires porque acá no tenían nada para tratarla. Logramos conseguir pocas plaquetas... Lo hizo, llegó a Buenos Aires. Del día uno hasta el día 45 que estuvo mi mamá mejoró. Acá ya la daban por muerta", se queja la persona con profunda indignación.
Otro punto de insatisfacción es la logística para estudios de mediana y alta complejidad. "En el hospital no hacen placas, como así también densitometría y otros estudios. Hay que pagar y después te reintegran quizás con suerte en dos años. Sino te dicen en Azul te hacen gratis, como si fuera fácil ir. Desastre total en todo lo que se refiere a salud", explica un vecino, poniendo de relieve la dificultad en el acceso rápido y gratuito a ciertos diagnósticos.
El dolor de la pérdida, vinculado a fallas en el seguimiento médico, también se hace presente en los relatos: "Mi hijo estuvo internado 2 meses y lo dejaron morir. Dos meses estuvo internado, seis operaciones y cuando supuestamente tenía el alta se descompensó y lo operaron. Recién ahí se dieron cuenta que tenía un tumor, cuando en dos meses se cansaron de hacerle estudios. Lamentablemente mi hijo no pudo seguir con vida, lo dejaron estar", es el duro testimonio de un familiar.
Es fundamental señalar que el balance de experiencias no es únicamente negativo, y los agradecimientos por la atención profesional también son numerosos.
"Te cuento, soy diabética, por lo que tengo que hacerme análisis y estudios periódicos. Comenzando en la sala de atención primaria, cuando pueden las secretarias me gestionan ya los turnos", comenta una usuaria. "Voy a la hora que corresponde y me atienden como en cualquier privado, con la ventaja que hago todo en el mismo lugar", destaca, valorando la eficiencia del sistema integrado
"El hospital es como en cualquier lado. Si hay gente tenes que esperar. Pasa que muchos van con dolores que vienen aguantando hace varios días y en la guardia quieren que los atiendan en 5 minutos. De lo contrario insultan y tratan mal a los empleados. Lo he visto varias veces. Si vas con una urgencia de verdad, no corren, vuelan para atenderte", concluye, resaltando la capacidad de respuesta en situaciones críticas.
Otra persona dice: "me dieron de alta, después de una internacion de 2 dias. Fui por primera vez y con Pami. Me encontraron arritmia crónica y una embolia cerebral. Volví a casa encantadisima por la atención recibida, de todo el personal, que se desarmaba por atender a todos los que llegaban. No tenían lugar donde poner y ubicar los pacientes. Igual tenían un trato amoroso, se desempeñaron con mucha profesionalidad, cariño, y esmero. Que calidad humana, los de todos, seguridad, personal de limpieza, enfermeris y médicos. Orgullosa del personal. Gracias", indica está persona
Este medio se comunicó con el Municipio para esta nota pero hasta el momento no ha recibido respuesta .
En resumen, el Hospital "Dr. Héctor Cura" evidencia la dualidad de un servicio público con logros tangibles en su infraestructura y servicios de punta, pero a veces enfrenta un déficit en la calidad y la humanidad de la atención diaria, según los testimonios.
Si bien los avances son innegables, la voz de los pacientes y familiares sugiere que existe un amplio margen para mejorar la experiencia integral en la salud pública de Olavarría.
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